[mujer] Han encontrado a Paula García.
- Paula García está muerta.
- Paula.
Soy yo Sara, ¡Sarita!
Ah.
Ah.
¿A qué estamos jugando, Sarita, hmm?
No me hagas volver... al otro barrio, ¿me oyes?
- Y luego voy a por tu hermana.
- Paula está en peligro, y puede que nosotros también.
- Yo me encargo, hijo.
- Tu hija no es tu hija.
Teresa murió.
¿Qué es lo que quieres?
Ese tío tenía que proteger a mi amiga, la única que he tenido.
Han visto a Ricardo Vega en la lonja, y puede que siga allí.
Sé que eres una impostora desde el primer día que entraste en esta casa.
Vamos a seguir jugando a ser la familia feliz que se ha reencontrado, ¿está claro?
¿Tú desde cuándo conoces a Fernando García?
Porque yo lo conozco hace mucho, y sé de lo que es capaz con tal de conseguir lo que quiere.
Está manejando a los consejeros del banco.
¿Vas a decirme de una vez por qué me has citado?
Que el consejo no tenga la más mínima duda de que somos una familia.
[timbre de teléfono] [música de suspenso] [Laura] ¿Y qué opinas de esto?
¿Crees que debería preocuparme?
Quizá ella no sepa dónde están los límites.
Entonces Marcos está jugando con fuego.
Esto es lo que hemos sacado del teléfono de Ricardo Vega.
Sol, barco y esta chica que aparece en varias fotografías.
Irina está dentro de un programa de protección de testigos porque presenció un asesinato que se produjo - en una de esas fiestas.
- Irina ha reconocido a Paula como esa chica implicada en el asesinato.
Era la favorita de Petrov.
[hombre] ¿Y en alguna de esas fiestas estuvo Prokhorov?
Esa noche se encaprichó de ella.
Quiero saber lo que pasó, por eso te he traído aquí, para que nadie nos pueda escuchar.
Paula le besó.
Tengo mis razones para pensar que está a punto de cruzar la línea roja.
[música de suspenso] ¡Ah, ah!
[golpes a la puerta] Ah, ah.
- [Marcos] No es lo que piensas.
- Me basta con mirar.
Ha confesado.
Me excitaba ahogarlos hasta el límite.
Y esa noche el límite llegó más lejos.
[Laguna] La orden de detención contra Paula.
Tienes que ir a casa de Paula García - y detenerla por homicidio.
- La policía está aquí.
[música de suspenso] Habíamos jugado a ese juego otras veces.
Le gustaba ponerme una correa en el cuello y después tirar.
Luego se la ponía yo a él.
"El ahorcado", lo llaman.
La falta de oxígeno hace que aumente el placer.
[fiscal] ¿Te obligaban a hacerlo, Paula?
Pues, claro, no lo hacía por gusto.
Me enseñaron a dar placer sin rechistar.
Ese hombre era cliente habitual, siempre quería estar conmigo.
Le gustaba ir al límite y yo... sabía cómo hacerlo.
- ¿Quieres salir?
- No, quiero estar con ella.
¿Y esa vez fue distinto?
Tiraba mucho de la correa.
Demasiado, no, no podía respirar.
Eso ya no era un juego.
Le pedí que parara, pero seguía.
Pensaba que iba a matarme, que no iba a aguantar más.
Y la botella estaba allí y... tuve que defenderme.
- Le golpeé en la cabeza.
- Mi cliente se defendió.
[fiscal] Ya, pero hay cosas que no termino de entender, abogada, deje que continúe.
[reportero] Nos encontramos en la fiscalía de menores de Santander, donde la joven Paula García McMahón, nieta del conocido banquero, está prestando declaración por la muerte del diplomático ruso Serguei Prokhorov.
Tras escuchar a la menor, la fiscal tendrá que decidir si archiva el caso o solicita la apertura del juicio.
¿Por qué te llevó fuera a cubierta a practicar esos juegos sexuales?
Supongo que en ese barco habría camarotes, no tiene mucho sentido que lo hiciera.
Supongo que no quería que nadie me oyese gritar.
Era de noche y en cubierta no había nadie, no sé.
¿Y no pensaste en tirarte al agua?
El barco estaba cerca del puerto.
Esto es el colmo.
¿Está acusando a mi hija de no defenderse bien?
Claro que no, señora McMahón.
Por favor.
Pero necesito que Paula me conteste ciertas preguntas.
No sé nadar.
Se lo dije ayer a los policías y también lo he dicho aquí.
¿Por qué tengo que decir todo tantas veces?
Paula, es lo normal.
Si dices la verdad, no tienes de qué preocuparte.
Claro que dice la verdad, ¿no lo ve?
Este sufrimiento es innecesario.
Ya estoy terminando.
Por favor.
Paula, ¿crees entonces que la intención de ese hombre... ¿Prokhorov, era matarte desde un principio?
Pues, claro, me estaba ahogando, yo solo me defendía.
¿Usted no hubiera hecho lo mismo?
Claro que sí.
Hubiese pedido ayuda.
¿Pediste ayuda a alguien, Paula?
No, porque no me habrían oído.
Y aunque lo hubiesen hecho, tampoco me habrían ayudado.
Ellos son los fuertes y tú solo eres una mierda.
Y ya no esperas nada de nadie.
Creo que está claro que mi cliente actuó en legítima defensa.
Ha colaborado en todo lo que le han pedido.
Y eso sin sumar el agravo emocional que lleva sufriendo por parte de la prensa todo este tiempo.
[fiscal] Mmm-hmm.
Me hago cargo, abogada.
Pero hay una víctima mortal por medio y debemos continuar.
¿Está preparada la testigo para declarar?
¿La testigo?
[abogada] No te preocupes, todo va a salir bien.
Tras escuchar a la menor, la fiscal tendrá que decidir si archiva el caso o solicita... Toni, igual no deberías presentarte al examen, ¿eh?
El calvo seguro que te lo perdona.
No, ya estoy con vosotros, un segundo.
[joven] Lo siento, Toni, pero yo no tengo excusa para el examen de mañana.
- ¿Vienes?
- No, yo me quedo.
Qué mierda lo que le está pasando a tu hermana.
Ya.
Te puedes ir si quieres, no voy a estudiar nada.
No, da igual, me quedo un rato.
Puedo estudiar por ti, y mañana nos damos el cambiazo.
Tu hermana es mazo atractiva, ¿eh?
Sí que lo es.
¿Y habla mucho de lo que le ha pasado?
A veces, pero no le gusta contar mucho.
No me extraña nada, hmm.
Y, escucha, ¿de veras mató a ese tío o...?
Perdón... supongo que no hablaréis mucho del tema.
Qué mal rollo.
Paula ha pasado por muchas cosas que ni tú ni yo imaginamos.
Conmigo se abre a un huevo porque le doy confianza.
No me extraña que confíe en ti.
Eres un tío maduro, y eso se ve.
Y gracias por invitarme a estudiar a tu casa.
Sabes que no me junto con gente de clase, pero no sé, tu rollo me mola.
Pensaba que era demasiado pijo para ti.
Y lo eres, mucho.
Pero me gusta.
[risa] Bueno, voy a ponerme con esto que tengo que estudiar por los dos.
[música de suspenso] - Fernando... - ¿Qué cojones haces aquí?
Relájate, Fernando.
¿Cómo ha ido?
- He preguntado qué haces aquí.
- Por favor, Fernando.
- ¿Cómo está Paula?
- A ti mi hija te importa - una mierda.
- Basta ya, Fernando.
- Cállate, por favor.
- Por favor, por favor... Lalo.
[risa] [Marcos] ¿Sí?
Gracias por responder a mi llamada.
Bueno, pero podemos hablar por teléfono.
Sí, claro.
Esta noche va bien.
No tiene de qué preocuparse.
Puede confiar en mí.
[mujer] No, no, no es agradable.
- [Paula] Mamá.
- [Lidia] Cariño, ¿estás bien?
- Sí.
- Vale.
¿Es necesario todo esto?
¿De verdad es necesario que tenga que recordar una y otra vez todo lo que pasó?
¿Por qué no nos dijo nada?
¿Quién es la testigo?
Esta chica es una antigua compañera de su hija que estaba en ese barco con ella, ¿hmm?
No puedo revelarles el nombre, la joven está en protección - de testigos.
- [Lidia] Ven, cariño, ven.
Señor García.
Vamos a tomar agua, ¿hmm?
Paula.
Paula, ¿qué te pasa?
[jadeos] Paula, cariño, tienes mala cara, ¿qué ha pasado?
¿Qué pasa?
[Paula] Necesito refrescarme, mamá.
Espera, vamos al baño, espera.
- [Fernando] Lidia.
- Sí.
Tenemos que firmar un documento.
Que espere dos segundos, ¿no puede?
Se ha mareado.
¿Todo bien?
[música de tensión] Nunca pensé que me detendrías tú.
Y menos después de acostarnos.
Ojalá hubiera podido evitarlo.
¿El qué?
¿Detenerme o acostarnos?
No te pases, Paula.
No es el sitio ni el momento.
Ahí está.
¿De verdad te vas a quedar fuera?
[policía] Este es el de mujeres.
Espera, Juan Luis.
Sí.
Vale, perdón.
Juan Luis, sí.
A buenas horas respondes.
¿Por qué nunca me coges el puñetero móvil?
A ver, tu hijo te estuvo esperando hasta las tantas.
Que me da igual, me da igual, pues, le dices a la zorra de tu novia.
Sí, una zorra con todas las letras, coño.
Que es tu hijo, que era su cumpleaños, calzonazo de mierda.
- Lo siento.
- Sh, calla.
- Lo siento.
- Calla, Irina.
Te dejé sola.
Teníamos que haberlo hecho juntas.
- ¡Matar a ese cabrón!
- Tranquila, pero estamos bien las dos, no pasa nada.
¡Van a volver!
Petrov no va a parar hasta encontrarnos.
Nos van a matar.
- No estás segura aquí.
- No se atreverán a acercarse a mi familia, te lo aseguro.
Irina, escúchame una cosa, es muy importante que apoyes mi declaración, ¿me oyes?
- Sí.
- Me separarán de mi familia y en la cárcel no duraremos ni dos días ni tú ni yo.
¡Que no me mientas!
¡Que no me mientas!
Que os ponéis a jugar a la play, que el niño me lo cuenta.
Que te jodan, Juan Luis, que te jodan.
[golpe] [música de tensión] ¿Qué pasa?
No hay papel.
Estaban en las hamacas de proa.
Yo oía gemir.
Creía que era de placer, ya sabe, usted me entiende.
Pero no.
Luego pensé que no era normal.
Y vi que ese hombre tiraba de la correa del cuello para estrangular.
El cerdo disfrutaba, y ella no podía respirar y tuvo que darle golpes en la cabeza.
Yo vi... ¿Tú viste todo eso?
Perfecto vi.
Suerte que encontró botella y le dio.
Gracias a Dios que encontró.
Si no, el hombre la mata, la mata, señora.
¿Y no hiciste nada?
- ¿No pediste ayuda?
- ¿Para matar a mí también?
No podía.
Era en barco, no, no podía.
Solo éramos putas, señora.
[Lidia] ¿Qué ha pasado, ah?
Ha hecho un receso de media hora.
- ¿Para decidir ya?
- Confiemos.
Voy a serle sincera.
Ese hombre era un diplomático muy bien relacionado con Moscú.
Y están presionando para llegar al fondo del asunto.
[Fernando] ¿Qué significa eso?
Por Dios, está clarísimo.
Tenemos que terminar esto ya.
Tengo que preparar una reunión importante para mañana.
Señor García, esto se puede alargar.
Si la fiscalía decide ir a juicio, su hija podría ser internada en un centro de menores.
[música de suspenso] Ya.
[música de suspenso] Bueno.
[música de suspenso] [timbre de teléfono] - ¿Sí - Le paso con el señor McMahón.
[Enrique] ¿Le sorprende mi llamada?
No, no me sorprende su llamada, señor.
De hecho, me la esperaba.
Pues, créame que no es mi costumbre hacer este tipo de llamadas.
Defiendo firmemente la independencia de la justicia.
Entonces, ¿en qué puedo ayudarle, señor McMahón?
Le digo lo mismo que le acabo de decir al fiscal general, su jefe.
El corazón ya no está para sobresaltos, por eso le he pedido permiso para llamarla.
Me gustaría poder dormirme esta noche sabiendo si tras la deliberación de mi nieta, tengo motivos para preocuparme.
[música de suspenso] [suspiro] [voces indistintas] [periodista] ¡Paula!
¡Paula!
¡Aquí, por favor!
¿Cómo te encuentras?
[música de suspenso] ¡Paula!
¡Por favor!
¡Paula!
¡Por favor!
Le recomiendo que no vayan directamente a su casa, estará llena de periodistas.
Será lo mejor.
- Gracias.
- Buenas noches.
[periodista] Abogada.
Abogada, por favor, cuéntanos.
A ver, estamos muy satisfechos, se ha hecho justicia.
[música de suspenso] [reportero] Tras un intenso día, tras tomar declaración durante ocho horas a la joven Paula García McMahón, la fiscal de menores, doña Margarita de las Heras, encuentra motivos fundados para considerar que la muerte del diplomático ruso se produjo por legítima defensa.
Una testigo presencial así lo ha corroborado.
Por tanto, la nieta del importante banquero - queda absuelta de todos... - [Rosario] ¡Toni, ven, corre, que la soltaron, soltaron a tu hermana!
Pero ¿libre, libre?
¿Puede volver a casa?
¡Sí, Toni, sí!
¡Ay!
Quita, Rosario, que ya no tengo tres años.
Hola.
Me alegro muchísimo.
Ah.
Eh, creía que os habíais ido ya.
Sí, bueno, yo es que me he quedado un rato, porque estaban los periodistas fuera y no sabía si salir o quedarme, o qué hacer.
¿Y os habéis quedado los dos solos en tu habitación?
¿Qué pasa?
¿Estás celosa?
¡Ay, qué tonto eres!
¿Queréis que os prepare algo de cena, eh?
- No, no hace falta.
- ¿No?
Bueno, pues, hala, acompáñala a casa.
¡Y vuelve rápido, que tus padres y tu hermana estarán a punto de llegar!
¡Ay!
Macho, me encantaría conocer a tu hermana.
Claro, te la presento cuando quieras.
Viene con la pandilla a la playa muchas veces.
Tío, es que con esa gentilla sabes que no me voy.
- Ya.
- Son unos niñatos, tío.
[voces indistintas] A ver... Eva es una tía maja, - a veces.
- ¿Eva?
- Sí, Eva.
- Ya no estamos juntos.
¿En serio?
Si me hubieras aceptado en Facebook.
Bueno, yo es que los amigos prefiero mirarlos a la cara, ¿sabes?
[voces indistintas] Escucha, Toni, no hace falta que me lleves a casa.
Los periodistas te van a atosigar a preguntas.
¿Quieres quedarte?
- Vale.
- Vale.
[risa] ¡Chao, Rosario!
[música de suspenso] Voy a preguntar a ver si podemos entrar todavía.
[Lidia] Bien.
[risas] Muchas gracias.
Hemos tenido suerte, nos preparan - una mesa enseguida.
- Bien.
Inspector, hmm, ¿puede por fin quedarse a tomar - algo con nosotros?
- No.
Me encantaría, pero estoy de servicio, no puedo.
Yo voy a salir un rato a la terraza, que llevo todo el día encerrada.
Además, quiero llamar al abuelo, - se lo prometí.
- Te acompaño.
No, mamá, no hace falta.
Quedaros aquí un rato - y así os relajáis.
- No tardes, que cierra la cocina enseguida.
Bueno, pues, voy a dejar el abrigo.
- Gracias por todo, inspector.
- Buenas noches.
Buenas noches.
¿Te pido algo?
[Lidia] Sí, por favor.
[música de suspenso] ¿Y ahora qué?
[suspiro] Esto no puede ser, Paula.
Esto es un error.
¿No te gusta?
¿Tú qué crees?
Pero ese no es el tema.
El tema es que esto no puede volver a pasar.
[música de suspenso] Es espantoso todo lo que ha contado.
Paula es fuerte.
Ha vivido tanto que parece que no le afectará.
Ah, pero ¿estabas escuchando?
Yo creía que estabas más pendiente del dichoso móvil y de la reunión de mañana que de lo que estaba pasando - en esa sala.
- Lidia, por favor.
Si por ti fuera, la hubieras dejado en el calabozo y te hubieras marchado a tu despacho.
Bebes un trago y se te va la lengua.
Oh.
Perdóname, estoy algo nerviosa.
No pasa nada, lo entiendo.
Yo también estoy nervioso.
Y sí, estoy preocupado con la reunión de mañana.
- Una cosa no quita a la otra.
- No, claro que no.
Me preocupa tu padre.
Le han entrado dudas con la fusión, y ahora no nos podemos echar atrás, no puede ser.
Es muy importante para mí, Lidia.
Tienes que estar conmigo en esto, por favor.
[voces indistintas] Deja de mirarle.
¿Qué?
No has hecho otra cosa desde que estamos aquí.
Deja de mirarle.
[voces indistintas] Me alegro de que todo haya ido bien.
- Buenas noches.
- Buenas noches.
No sabía que dejaran entrar a gentuza.
[música de tensión] [sirena] [pitidos electrónicos] Hola, Laura.
Te iba a llamar ahora, sigo aquí.
Si estás con gente, no te quiero molestar.
Te llamo luego.
No, no te preocupes, estoy solo.
Pero, bueno, tengo para el rato.
Y entonces, ¿no te espero para cenar?
No, mejor que no.
Tengo que terminar el informe de todo el día.
Bueno, si quieres, voy para allá, cenamos algo juntos, y después sigues.
- Así te despejas un poco.
- No, no, de verdad.
- Prefiero acabar esto.
- Vale, vale, vale, no insisto.
Al final, los McMahón te van a adoptar.
[música de tensión] Marcos, cariño, ¿a qué hora vas a venir al final?
¿A qué hora vas a venir, cariño?
Hmm, no lo sé, pero mejor no me esperes despierta.
Acuérdate que mañana tenemos la prueba de menú a mediodía con mis padres.
Sí, sí, claro, contaba con ello.
No vas a probar nada más rico en tu vida.
[música de tensión] Te quiero.
Te quiero.
Hoy te he echado muchísimo de menos.
Y yo.
Te quiero, amor.
Descansa.
[pitidos electrónicos] [suspiro] Joder.
[suspiro] [timbre de teléfono] Señor Vega, sí.
Sí.
Estoy en cinco minutos.
Hasta ahora.
Inspector, trabaja hasta muy tarde.
¿Qué pasa, que no puedo dar un paso sin verte o qué?
Te he visto en la fiscalía, te he visto en el club marítimo y tanta llamadita.
- ¿Qué tienes?
- Lalo... ¿Estamos juntos en esto o no?
He localizado al padre de Ricardo Vega.
He quedado con él en el puerto.
- ¿Ahora?
- Sí.
¿Y qué hace en Santander?
Papeleos por la muerte de su hijo.
La historia es que quiere hablar.
Me puedo unir, ¿no?
Bueno, vale, únete.
Pero calladito, que te conozco.
Por cierto, ¿qué te ha pasado con el labio?
- Nada, que me di un golpe.
- ¿Tú solo?
- Con esta.
- ¡Ah, ah!
[claxon] Buenas.
Gracias por atendernos, señor Vega.
En base a estas circunstancias.
Lo que sea para trincar al cabrón que me quitó a mi hijo.
Me han contado en la comisaría todo lo que le hicieron esos hijos de la gran puta.
Bueno, su hijo tampoco era una hermanita de la caridad, ¿no?
No.
Pero no se merecía morir así.
Nadie se lo merece.
Tiene razón, nadie se lo merece.
Cuéntenos, señor Vega.
¿Cómo era su hijo?
Pues, era una buena pieza, yo eso lo sé.
Y no nos llevábamos bien.
Aunque ahora daría todo lo que fuera por volver a discutir con él.
¿Reconoce alguna de estas chicas?
A ver.
Qué pequeño era, joder.
Y qué cabrón.
Siempre iba a la gallito del corral.
¿Conoce alguna o no?
Los amigos y las amigas no entraban en casa.
No me gustaba, y el Richie lo sabía.
Estaban siempre en la puta calle.
Mire bien la foto.
Hay un portal, ¿lo reconoce?
No sé, no sé.
Miren, mi hijo era un animal.
Un día discutimos y me mandó al hospital.
Me clavó un puto tenedor.
- Y lo eché a la puta calle.
- ¿Dónde fue?
Antes de entrar en la trena creo que compartía un piso en Madrid, en Orcasitas o por ahí.
Vamos, que no quería ni saberlo.
¿Podría darnos alguna dirección?
No sé dónde paraba, ya le digo.
Miraré en casa mañana cuando llegue a Madrid, a ver si hay alguna factura o algo así.
A veces llegan cartas, pero no les prometo nada.
¿Eh?
[música de misterio] [alarma] Buenos días.
¿Has estado trabajando toda la noche?
Sí, señora.
Hmm.
[sirena] Ay, mi amor, métete un ratito conmigo en la cama, porfis.
Qué va, qué va, no puedo.
Tengo que volver a la comisaría.
Joder.
Al final me doy a pensar si me caso con un policía.
Y de los que curran mucho y mandan poco.
Mírame.
¿Qué te ha pasado en el labio?
Nada.
Nada, me acabo de dar un golpe.
Pero ¿qué dices?
Si lo tenías antes cuando hemos hablado mentiroso.
A ver, cuéntame con quién te has pegado hoy en el cole.
[Marcos] Hmm.
[Rosario] Pero no hace falta que lo hagáis vosotras, ¿por qué no me dejáis a mí?
Y además, después del día de ayer.
Mira qué carita tiene, no has dormido bien.
Regular.
Cambio de tema.
[Rosario] ¡Ya me callo, ya me callo!
- ¿Hay más leche?
- Eh, ¿desnatado o de la otra?
De las dos.
Haz también para Toni, que ayer estuvo... - Buenos días, papá.
- Hasta las tantas estudiando.
Buenos días.
- Luego nos vemos.
- ¿No desayunas?
No puedo.
Arregui no llegará el consejo y tengo que hablar con el escocés.
[música de tensión] ¿Pasa algo?
No, no me hagas caso.
¿Me preparas un té?
Claro.
Ah.
¿Está rico?
- Paula... - ¿Qué?
...en la declaración de ayer volviste a decir que no sabías nadar.
¿Y es que no sé nadar?
¿Cómo qué no?
Sí sabes.
De pequeña te gustaba muchísimo hacerlo, lo hacías muy bien, ganaste muchas medallas.
Te apasionaba, por eso te regalamos esa cajita de música con la nadadora.
¿Podríamos dejar de hablar de la maldita declaración, por favor, mamá?
A lo mejor no lo recuerdas por, por todo lo que has vivido, cariño, y he pensado que, que quizás si retomas las clases de natación, pues, a lo mejor eso te ayudaría a sentirte mejor, a volver a ser más... más tú.
[música de tensión] Haré lo que me pidas.
¿Mamá?
¿Sí?
¿A ti también tengo que darte explicaciones?
No, mi vida, no, por favor.
No, no he, no he querido... Paula, yo lo único que quiero es ayudarte a, a que estés mejor, solo eso.
[música de tensión] Quema.
Ten cuidado, ¿eh?
Lo tendré.
[música de tensión] Rosario, me voy.
Si llama Fernando, le dices que me he acostado, que estaba cansada.
[crujidos] [música de suspenso] [Paula] Toni.
¿Estás despierto?
[música de suspenso] Hola.
- Está dormido.
- ¿Tú quién eres?
Soy Marta, compañera de tu hermano.
Porque tú eres Paula, ¿no?
Hmm.
Hmm, es una compañera de clase.
Se nos hizo tarde estudiando y... No te preocupes.
Encantada, Marta.
[música de suspenso] ¿Lalo?
Tenía tantas ganas de que me abrazaras desde ayer.
[murmullos] Paula.
[Toni] ¿Me esperas por ahí?
Recojo las cosas.
[Marta] Sí.
Chao.
No me mires así que solo es una amiga.
Yo no te he preguntado, pero, vamos, una amiga no se queda solo a dormir.
¿De dónde ha salido?
¿No es de tu pandilla?
No, es de clase, pero ella va por libre.
Hasta hace unos días ni siquiera me había dirigido a la palabra.
Bueno, parece maja, ¿no?
Te dejo, que me está esperando y llegaremos tarde al examen.
Suerte.
[timbre] ¡Abuelo!
Me hubiera gustado estar ayer a tu lado, pero no habría soportado escuchar todas esas barbaridades.
Yo noté que estabas a mi lado, abuelo.
Hija, lo que tienes que hacer ahora es mirar adelante.
Tienes que ser fuerte, Paula.
Los McMahón somos fuertes, y tu madre os necesita a ti y a tu hermano, a su lado.
¿Y papá?
Tu padre... - ¿Qué?
- Nada, nada, nada.
Que lo único que me apena es, es que tu abuela no pueda disfrutar de ti ahora que has vuelto.
Estoy segura de que nos está viendo desde ahí arriba y que se sentirá muy orgullosa de lo bien que nos cuidas a todos.
Lo van a pagar, Paula.
Te juro por Dios que todos esos lo van a pagar.
[tos] Abuelo, ¿qué te pasa?
¡Abuelo!
¡Rosario!
¡Rosario!
¡Que el abuelo no está bien!
¡Ven, por favor!
- ¡Abuelo!
¡Rosario!
- ¡No, no!
Y lo terrible es que aquello era su día a día.
Si la hubieras visto cómo lo contaba, parecía un autómata.
El ser humano es perverso.
Sí, unos más que otros.
El caso es que le han destrozado la vida.
¿Sabes, Lalo?
Esto solo lo he hablado con la psicóloga, pero es que hay veces que cuando la miro, me cuesta mucho reconocerla.
Es como si... como si alguien hubiese entrado en su cabeza y... le hubiese borrado quién era.
Ahora te va a necesitar ahí como una roca.
Hmm.
Y me va a tener, claro que me va a tener.
No sé si te parecerá monstruoso lo que te voy a decir, pero... cuando contaba cómo cogió esa botella y se la estampó en la cabeza a ese hijo de... me sentí tan orgullosa de ella, tanto.
[risa] Ven aquí, monstruosa.
Ven, date la vuelta.
¿Me vas a hacer un masaje?
- Pues, claro.
- Ah, qué bien.
Uh.
Uh.
¡Uh!
Ah.
¡Uh!
[timbre de teléfono] No lo cojas.
Paula.
Dime, cariño.
¿Cómo?
Voy para allá.
- ¿Todo bien?
- Es mi padre, Lalo.
Tengo que irme.
¿Puedes esperar?
[música emotiva] Volvemos a ser una comisaría de provincias, como me han insistido desde Madrid.
Métete en la cabeza que se acabó el caso de Paula García McMahón.
Pero todavía quedan cabos sueltos.
Qué cabos, Eguía?
Bueno, no sabemos quién secuestró a Paula.
¿Quiénes fueron los traficantes de personas que la destrozaron la vida?
Ellos no la han visto declarar.
No saben el infierno por el que ha pasado.
Tenemos a la principal testigo aquí.
Lo tenemos que hacer nosotros.
Lo que tengan que hacer lo harán en Madrid.
Así que no quiero volver a oír hablar de esa niña en esta comisaría, ¿ha quedado claro?
A ver, pero el señor McMahón dijo que... ¿Estás sordo, Eguía?
¡Te estoy dando una orden, joder!
Bueno, entendido.
Lo que todavía está por resolver es la muerte de Ricardo Vega, es un homicidio en nuestra zona.
Costa, este caso lo llevas tú.
De cojones.
No te sorprendas, te lo has ganado a pulso.
Me la suda.
Resolvemos lo de Ricardo Vega.
A Laguna le dan una palmadita en la espalda, yo vuelvo a lo mío, y tú tan tranquila.
- ¿Qué te pasa?
- Nada.
Según el periodista, el estibador vio a tres tíos rondando a Ricardo Vega la noche que murió, y uno de ellos era pelirrojo.
A ti el estibador te da igual.
¿Qué ha pasado con la niña?
Vi cómo os mirabais en la fiscalía.
Te fuiste al marítimo por ella.
[música de suspenso] [pitidos electrónicos] [doctor] Es una pequeña crisis.
Tiene buen color y... Vamos a esperar unos minutos.
[Enrique jadea] Si me da esos minutos, tengo que hablar - con mi hija, doctor.
- Papá, por favor.
- No, no, no.
- La máscara.
¿Por qué lo has llamado?
Papá, para que te haga un pequeño chequeo, no pasa nada.
Y tú cambia de cara, Paula, el abuelo está bien, de verdad.
Solo ha tenido, ¿cómo me decías de pequeña?
- Un arrechucho, ¿no?
- Pero que estoy bien, hija, - que solo ha sido un mareo.
- Ya, estarás mejor si respiras.
Lidia, tienes que ir tú al consejo.
No, ni hablar, papá.
Déjalo, se suspende y ya está.
¿Y que se disparen los rumores?
¡Cuando diriges un banco como el nuestro, los gestos de cara a la galería importan, y mucho!
¡Si vas tú en mi lugar, les estaré enviando un mensaje bien clarito a esa banda de envidiosos en que se ha - convertido mi consejo!
- ¡Papá!
¡Por favor, tranquilízate!
¿Vale?
Si voy, ¿qué excusa les digo?
Ya se te ocurrirá algo.
Les quedará claro que los McMahón somos una piña, y que tú y yo somos ramas de un mismo árbol.
- Papá.
- Ven, ven aquí, ven aquí, Paula, ven aquí.
Hija, el banco es nuestro, de nuestra familia, no de esos consejeros, nuestro, tuyo y de tus hijos.
¡Por eso no pienso vender ni a escoceses ni a chinos!
Es lo que os dejo a ti y a Toni.
Yo solo quiero que te pongas bueno.
Te van a presionar.
No te dejes comer el terreno y atácalos tú primero, como sabías hacer antes de que nos quitaran a Paula.
Sí, papá, no te preocupes.
Lo haré, te lo prometo.
¿Vale?
Respira, respira.
Tranquilo.
De esto... de esto no contéis nada a nadie, ni a Fernando ni a Toni, ¿de acuerdo?
- De acuerdo.
- Es mejor no preocuparlos.
Yo, yo estoy como un roble [Lidia] Claro que sí.
Venga, respira.
Ya está.
Ah, Dios mío.
Doctor, por favor.
Y hazle caso, ¿vale?
Respira y tranquilízate.
[doctor] Tranquilícese, McMahón.
¿Que lo que tiene que hacer ahora es...?
[Enrique] Descansar, lo sé.
¿El abuelo está bien de verdad?
Sí, todavía nos va a dar mucha guerra.
Escúchame.
Recuerda lo que ha dicho, Paula, a papá ni "mu", ¿eh?
Juan Carlos, déjanos solos.
Te escucho.
¿Tú estás loca?
Ahora mismo soy tu superior.
¿Te has acostado con ella?
Joder, Eguía.
Costa, te dije que controlaba, y controlo, así que no te preocupes, ya está.
Te la llevaste a esa casucha para que te contara lo del ruso.
Te has quedado con su custodia después de la declaración.
Me dejaste tirada en la fiscalía.
Nos han quitado el caso y te has puesto como un basilisco.
Costa, esa niña solo confía en mí.
Además, ¿qué quieres que haga?
¿Tirar todo el trabajo que hemos hecho o qué?
Eguía, estás jugando con fuego.
Te lo dijo la jefa.
Y yo te lo estoy diciendo como amiga.
¿Tú?
Tú no eres mi amiga.
Si cruzas esa línea, no hay marcha atrás.
Costa.
No es lo que parece.
Ya.
Pues, tú no deberías estar aquí.
Está toda la comisaría hablando de esto.
[música de suspenso] [timbre de teléfono] ¿Sí?
Dime.
[Lalo] Eguía, me ha llamado el padre de Ricardo Vega.
Ha encontrado algo y nos lo quiere enseñar.
¿Y por qué coño te llama a ti y no a mí?
- Yo lo localicé.
- Porque tú eres un policía y yo soy un periodista inofensivo.
Ah.
- ¿Que no vas a venir?
- No, no puedo ir.
No voy a ir.
El viejo se ha vuelto a Madrid.
Además, a ti te pagan los viajes, y sé que me lo contarás todo cuando vuelvas.
Le digo que te llame.
Buena suerte, Marcos.
Venga, tío, hablamos.
Oye, tenemos que ir a por el estibador.
Vete adelantándome.
Tengo las pruebas de comida de la boda.
¡Eguía!
¿Seguro que este chico va a venir?
Ay, no empieces.
Y sobre todo, no le llames chico, que va a ser tu yerno.
Yo lo único que digo es que esto con Albertito no le hubiera pasado.
[Marcos] Lo siento.
Disculpad.
¿Qué tal?
- Pepe.
- Marcos, hijo, ¿dónde estabas?
Me iba a dar un infarto.
Mira, mejor ni preguntes.
¿Qué tal?
Lo normal es que las que llegan tarde sean ellas.
- Papá.
- [Pepe] Mmm-hmm.
- Es solo un comentario.
- Y bueno, ¿sabemos ya quién va a ser la madrina, hijo?
- A mí me gustaría que fuera... - A Marcos le hubiera gustado que fuera su abuela porque fue quien le crió, pero falleció el año pasado.
Una pena.
[timbre de teléfono] Lo siento.
Lo tengo que coger.
Sí, señor Vega.
Sí, sí me ha dicho.
Pero yo no puedo ir ahora a Madrid.
- ¿Y no puede ser mañana?
- ¿Y dice que lo crió su abuela?
Ay, Pepe, no te hagas el tonto.
Los padres de Marcos tuvieron un accidente cuando él era niño.
A Marcos no le gusta hablar nada de este tema.
Así que te pido un poquito de discreción, papá, por favor.
¿Y él qué pasa?
¿No prueba nada?
Al fin y al cabo, es él quien se va a casar, ¿no?
- Ay, Pepe.
- ¿Qué?
¡Marcos!
Disculpen.
Me tengo que ir en breve.
Lo siento.
Es por trabajo.
¿Y bueno?
¿Cómo está esto?
Esto tiene una pinta estupenda, ¿no?
Vamos a probarlo.
Cuídate, abuelo.
Hasta luego, mi niña.
[música de suspenso] ¿Toni?
¿Qué haces entrando como un ladrón?
- Nada.
- ¿Qué llevas ahí?
¿Algo para fumar, viciosillo?
Bueno.
Pues sí que te ha dado fuerte con la chica esa.
- ¿Tantos necesitas?
- ¿Te crees que porque no he estado en un putiferio soy gilipollas?
Vale, perdona.
Sí que soy un gilipollas.
Un gilipollas virgen.
No, virgen no soy.
Que no soy virgen, Paula.
Pero vamos, que no tengo ni puta idea.
Ayer por la noche fue un desastre.
Vamos a ver, Toni.
Siempre es un desastre - las primeras veces.
- Ya, pero es que no es la primera vez.
Y yo me fui antes de tiempo.
Pero eso siempre os pasa a todos, créeme.
Y ahora no te vendrían mal unos consejos de alguien como yo, ¿no?
No.
Ven.
[música de suspenso] [Hugh] ¿Has hablado con McMahón?
- Sí.
- ¿Y cómo está?
Está raro, no sé qué le pasa.
No es lo que yo quería escuchar cinco minutos antes - de esta reunión.
- Se ha puesto sentimental.
Le han entrado dudas sobre la fusión.
Pero lo podremos convencer.
Mis jefes en Edimburgo esperan que vuelva con todo resuelto esta noche.
Todo va a salir bien.
Además, tenemos la mayoría de las acciones.
Porque tu mujer y tú vais en el mismo paquete, ¿no?
Eso me dijo Enrique cuando comimos juntos.
Sí, eso está hablado, no te preocupes.
- Es mi mujer.
- Ya.
[música de tensión] Buenas tardes.
[música de tensión] Señores, si les parece, vamos a empezar.
¿Dónde está el viejo?
Eso quisiera saber yo.
¿Dónde está tu padre?
Mi padre me ha pedido que le excuse.
Hoy ha querido pasar la tarde con su nieta.
Como ustedes comprenderán, tienen mucho tiempo que recuperar.
Vengo en representación de mi padre y como miembro de este consejo para informarles que la propuesta de compra hecha por el Royal Bank of Scotland hacia nuestra entidad la hemos rechazado.
Esta decisión es absolutamente irrevocable, dado que mi padre y yo sumamos la mayoría simple de las acciones.
Sabemos que el planteamiento de este consejo era otro, que a corto plazo la compra hubiera supuesto mayores beneficios.
Pero no podemos olvidar que en un banco como el nuestro siempre hemos trabajado pensando en el medio y largo plazo.
Solo así hemos conseguido que sobreviva durante - los últimos dos siglos... - Un momento, por favor.
...y solo así conseguiremos que continúe en las manos de nuestra familia.
Eso no es lo hablado, Lidia.
Todos estamos de acuerdo con la fusión.
Como acabo de decir, es lo mejor para el banco y para la familia.
Bueno, parece que el señor Fleming tiene prisa por volver a Edimburgo.
¿Alguien más quiere abandonar la sala?
No.
Perfecto.
Pues vamos a por el orden del día.
Primera regla, no tener prisa.
¿Vale?
Tú la acaricias, suave, le dices cosas bonitas al oído, aprovechas para darle un beso en el cuello.
Si hago todo eso me iré aún más rápido.
Bueno, pues si tú ves que no aguantas, no sé, piensa en algo desagradable, algo que te, que te corte el rollo.
En Rosario.
¡Qué idiota eres!
Perdona, sigue.
Vale, a ver, tú le dices todo lo que te guste de ella.
Su pelo, su olor, su cuerpo, y la acaricias mientras le dices todo eso.
Asegúrate de que ella se lo pasa muy bien.
Piensa en ella antes que en ti y verás como todo fluye.
- ¿Y cuándo me pongo...?
- Tú, mira, la acaricias... como si la saboreases, con las manos, con los labios... y la miras como si fuera lo más hermoso que hayas visto en tu vida.
Y dejas que ella te guíe.
Y cuando terminas, solo quieres volver a empezar.
¿Así fue tu primera vez?
No, cariño, no.
No quiero recordar cómo fue mi primera vez, fue horrible.
Claro, perdona.
Pero sí hubo alguna vez que fue diferente.
Alguien con quien quise hacerlo de verdad.
Alguien especial.
[música dramática] Yo ya presté declaración, no sé qué hago aquí.
[suspiro] Si nos hubieras dicho la verdad, no tendría que repetirte las preguntas.
No tienes nada contra mí, esto ya es acoso.
¡Me voy a la puta calle!
Siéntate y contesta.
[música de tensión] No me lo puedo creer.
No puede ser.
[música de tensión] [sirena] Hey, tú, ¿dónde te crees que vas?
Déjame en paz.
Pero ¿por qué la tomáis siempre conmigo?
Dime lo que viste.
¿Por qué se lo cuentas a un periodista y no a la policía?
¡A ti no te voy a contar nada, hija de puta!
[Ana] Alicia, ¿qué haces?
¿Quién era el pelirrojo que había el día que mató a Ricardo Vega, eh?
Si lo hago, ¿dejarás en paz el contrabando?
¡Suéltalo de una puta vez!
[quejido] Era un gordo.
Siempre va por el puerto, se llama Johnny.
¿Tan difícil era eso, eh, imbécil?
Hijo de puta, estás loca.
Nadie me ha visto.
Pero te puede denunciar.
Además, ¿tú no llevabas esto con Eguía?
- ¿Tú has visto a Eguía?
- No.
[Paula] Debe molar, ¿no?
El surf, digo.
Dile a tu hermano que te enseñe.
Ya lo intentó, pero... me da miedo el agua y más la del mar.
¿Por lo que pasó con ese tío?
Toni me ha contado algo así.
Sí.
Paula, tranquila.
Yo no te voy a preguntar nada que no me quieras contar.
Entiendo que seas desconfiada.
[Toni] Paula.
Trata bien a mi hermano, ¿eh?
[Toni] ¿Estabais aquí?
[Marta] ¿Y qué?
Bueno, yo no voy a estar aquí sosteniendo el candelabro, ¿eh?
Así que iros por ahí.
Bueno, voy un momento al baño y ahora nos vamos.
Vale.
[música de tensión] [Paula] Me da miedo el agua.
Y más la del mar.
¿Te quedas aquí, segura?
Sí, me quedo un rato más, no te preocupes.
Y tú ahora... ¡a triunfar!
[risa] [música de tensión] Pero ¿dónde estás?
[música de tensión] [Fernando] ¡Lidia!
¡Lidia!
- ¿Qué ha pasado con tu padre?
- ¿Con mi padre?
Nada, ya os he dicho.
¿Y contigo?
¿Qué ha pasado contigo?
¡Me has hecho quedar como un gilipollas!
- ¡Estamos juntos en esto!
- Eso lo has dicho tú.
Yo a Arregui le dejé muy clara cuál era mi posición.
No sabes lo que has hecho.
No sabes lo que me has hecho.
Mantener el banco en nuestra familia, eso es lo que he hecho.
Por la familia y por tus hijos.
Y suéltame porque me haces daño.
¡Suéltame!
[música de tensión] ¡No es tu padre!
¡Es ese hijo de puta que te han venerado contra mí!
Cuando no es mi padre, es Lalo, y cuando no es Lalo, cualquier otra persona.
Eso, eso es lo que crees de mí, ¿verdad?
¡Que no puedo pensar por mí misma, que siempre tiene que haber alguien detrás de mí!
¿No?
¿Y quién hay detrás de ti, Fernando?
¿Quién?
¿Te estás viendo con él?
[música de tensión] [tono telefónico] [Marcos] Ahora no puedo atenderte.
Deja tu mensaje y te llamaré cuando pueda.
Marcos, los del restaurante me piden una respuesta cuanto antes.
Me van a mandar el presupuesto a mi mail, pero necesito hablar contigo urgentemente, por favor, llámame.
¿Marcos?
¿Marcos?
[música suave] [risas] [gemidos] [quejidos] [jadeos] Confiésalo... no puedes con tu alma, ¿verdad?
Debe ser la falta de costumbre.
Ya.
Será eso.
[risas] Ay, me muero.
Te he echado mucho de menos.
Venga, Lalo.
Venga, que nos conocemos.
La verdad es que no sé muy bien lo que estamos haciendo - tú y yo aquí.
- ¿Ah, no?
Pues si me das media hora te lo vuelvo a explicar y a ver si lo entiendes de verdad.
¡Ay!
¡Media hora!
[risas] Hola.
Estás buscando a Marcos.
Había visto un coche de policía y pensaba que... ¿Podría estar conmigo?
Pues no, lo siento.
No lo veo desde ayer.
Pues nada.
Por cierto, me alegra un montón de que fuera bien en la fiscalía.
Dale un beso a tu madre de mi parte.
¿Has mirado en su casa?
¿Cómo dices?
No, en la vuestra no, claro.
En la suya, la que tiene al final de la playa.
- Ah, en la casa que... - Sí.
Seguro que está allí.
No sabes de qué casa te hablo.
Está hacia allá.
La que está al final del puente.
Gracias.
- Hala.
- No, no te vayas.
Tengo que irme.
¿Te volveré a ver?
Bueno, sí, dentro de otros nueve años, ¿te parece?
- ¿Nueve años?
Está bien.
- Está bien.
[risas] Me encanta verte reír.
Ay, y a mí que me hagas reír tú.
Déjalo, Lidia, deja a ese tío, no te hace feliz.
No puedo, Lalo, no puedo.
Ha regresado Paula y necesita estabilidad.
Con todo lo que ha vivido Paula, podrá vivir un divorcio, y Toni sabe lo que hay, tiene ojos en la cara.
Esta puede ser nuestra segunda oportunidad, no la dejemos escapar.
Ay.
[teléfono vibra] Pone "Ana".
No sé estar solo, pero tú siempre has sido la única y lo sabes, lo sabes.
- Lo sé.
- ¡Ajá!
[música nostálgica] - Hola, papá.
- Hola, hija.
¿No te metes?
Eres una campeona.
[música triste] [timbre de teléfono] - Dime, Hugh.
- [Hugh] No, dime tú, ¿qué cojones ha pasado?
Ya lo has visto, me han hecho la cama entre mi mujer y mi suegro.
No me importa lo que te ha pasado a ti, me importa lo que les ha pasado a mis representados.
[Fernando] Es una demostración de fuerza del viejo, no sé por qué lo ha hecho, pero ya me enteraré.
No te preocupes, todo va a salir bien.
Si no se firma la fusión, vas a tener problemas.
Mi comisión no te la perdono, quiero mi dinero.
He trabajado mucho ahora para quedarme sin nada.
Dame unos días para convencer a mi mujer.
[Hugh] Arregui me ha dicho que tu mujer no está contigo, que la han visto con este periodista.
¿Cómo la puedes convencer si no te la puedes ni follar?
¿Estás ahí o qué?
¿Has escuchado lo que te he dicho?
Perfectamente.
Puede que no podamos cerrar la operación, pero hemos prometido un dinero y lo vas a pagar, aunque sea de tu bolsillo.
Ya te he dicho que me dejes unos días para convencer a mi mujer.
[hablando escocés] [música de tensión] - ¡Laura!
- ¡Joder!
Has encontrado la casa.
Sí, y efectivamente no vive nadie.
Marcos la vendió hace muchísimo tiempo.
No, no la vendió.
¿Y tú cómo lo sabes?
Porque yo he estado dentro varias veces.
Marcos me la ha enseñado.
Me tengo que ir, Paula.
No estoy para tonterías.
[música dramática] [Marcos] ¿Qué es esto?
¿De dónde lo han sacado?
Rebuscando por ahí.
- Hola, hola, probando.
- Teresa.
[Teresa] Mira, por aquí la del cumple.
- Saluda.
Sara.
- Hola.
[Teresa] Y aquí está la tarta.
¿Y las velas?
Ricardo, ven que voy a soplar las velas.
[Ricardo] ¡No, hombre, que no!
¡Que ya os he dicho que no!
¡Que España se juega el oro, coño, que es la final!
[Teresa] ¡Qué borde!
Son ellas, ¿no?
[Teresa] Vamos, pide un deseo.
Venga, sopla.
Pero ven conmigo, salimos las dos.
Felicidades, hermanita.
Qué pena que mamá no pueda estar para vernos.
[música dramática] ¿De dónde vienes?
De respirar.
¡Eres una hija de puta desagradecida!
¡He cuidado de Toni!
¡He trabajado en el puto banco de los cojones sin parar!
¿Así me lo agradeces?
¿Así cuidas de nuestra familia?
¿Familia?
¿Realmente para ti esto es una familia, Fernando?
Casi ni recuerdo lo que es tener ese sentimiento a tu lado.
Me has pegado.
Voy a llamar a la policía.
¡Si llamas a la policía, te vas a arrepentir toda la vida!
¿Por qué?
¿Me vas a pegar más fuerte?
¡Quiero el divorcio, Fernando, y lo quiero ya!
Llama a la policía y te vas a arrepentir, como no te imaginas.
Ya no te tengo miedo, Fernando.
Ya no.
Policía.
Ah, sí, espero, espero.
Paula no sabe nadar porque Paula no es Paula.
[música dramática] Perdón, me he equivocado.
¿Qué has dicho?
Tú no te acuerdas de nada porque estabas borracha, drogada.
Pero yo me acuerdo de todo como si fuese ayer.
Llegaste a casa de madrugada.
[música triste] ¿Qué estás haciendo?
Venga, date una ducha y te preparo un café.
No necesito que me prepares nada.
Solo quiero que sepas que voy a coger a mi hija - y me largo.
- No te vas a ir a ningún sitio y menos con mi hija.
Vete a dormir.
¡Eh!
- Y tú vete a la mierda.
- No quiero discutir.
Ni yo tampoco, solo quiero el divorcio.
Sabes perfectamente que nuestro matrimonio no tiene ningún sentido.
[Fernando] No sabes lo que estás diciendo.
Mírate, hueles alcohol, estás drogada.
¿Has estado con él?
Sí.
He estado con él.
¿Y quieres saber por qué?
Porque Lalo me quiere a mí como soy, no por quien soy.
Te casaste conmigo por eso, ¿verdad, Fernando?
Para entrar en el círculo de los McMahón.
Pues creo, cariño, que la inversión te ha salido fatal.
Nadie te obligó a casarte conmigo.
¿Por qué no te quedaste con él?
¿No tuviste valor?
¿No era suficiente para tu padre?
¿Nadie es suficiente para tu familia?
Yo me casé contigo por amor, porque te quería.
porque te sigo queriendo.
Pues ya es demasiado tarde, porque yo a ti ya no.
Se acabó.
No sé a qué viene todo esto, no sé a dónde quieres llegar.
¿A dónde?
Dejaste cocaína encima de la mesa.
Y Paula se la comió por error.
Paula, venga, a la camita, hija.
[música de suspenso] Tuve que tomar una decisión.
Ocuparme de todo para, para evitar un escándalo.
Hija, aguanta, hija, aguanta.
[música de suspenso] [neumáticos rechinan] Esa noche Paula no llegó al hospital.
No, es-estás mintiendo.
Esta chica es una impostora.
- Eso no es verdad - Por eso no sabe nadar.
Nuestra hija está muerta.
Murió hace nueve años por tu culpa.
[música dramática] [Vega] ¿Lo quiere?
Sí.
¡No, no, no!
¡No!
[música dramática] [Lalo] Paula García McMahón, está en el ojo del huracán.
La única forma de cortar todo este morbo es que la niña dé la cara.
- ¿Una entrevista?
- Una entrevista no.
La entrevista.
[Alicia] Eguía, joder, ¿dónde te has metido?
[Laura] Marcos, por favor, respóndeme, estoy muy preocupada.
[Lidia] Dime que todo es mentira, por favor.
No lo es, Lidia.
¿Dónde la enterraste?
¿Dónde está?
[Luis] Sin duda ha sufrido alguna agresión previa, eso seguro.
Es como si le hubieran pegado una paliza.
Tú sabes que la gente va a seguir hablando de ti, ¿no?
Eres un misterio.
Lo que quiero decir, es que quizá haya llegado el momento de que lo desveles.
He estado en tu casa.
¿Quién coño eres, Marcos?
¿Por qué Paula sabe quién eres y yo no?
¿Me puedes decir qué recuerdos tienes del momento en que te secuestraron?
No, creo que estaba dormida o... Siempre que te pregunto por algo del pasado, tú me respondes con un: "No lo recuerdo".
Ella necesita unos padres, nosotros necesitamos a una hija.
Yo no necesito a una hija, yo necesito a mi hija.
- [Fernando] Es ahí.
- ¿Bajo el árbol?
- [Fernando] Sí.
- No puede quedar ningún rastro que nos vincule con esto.
¿Está claro?
¡Ana!
Si metes la pata será contraproducente.
- No solo para ti.
- No la metas tú, papá.
¡No quiero hacerte daño, no quiero!
Pues no me hagas esto.
Pero necesito saber quién coño eres.
Quiero que le hagas una entrevista a Paula y que la pongas contra las cuerdas, ¿me escuchas?
Contra las cuerdas.
[Lalo] Si hago eso, todo saltará por los aires.
[hombre] Atención.
Prevenidos, por favor.
Arrancamos en cinco segundos.
¡Empezamos en cinco...!